
La Marina, a través del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), ha asumido un papel de alto nivel en el desarrollo y la modernización del Aeropuerto Internacional de Toluca, al recibir nada más ni nada menos que el 25% de las acciones que Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) cedió de manera gratuita.
El 3 de julio se formalizó la transferencia de acciones en favor de la Marina, marcando un nuevo capítulo en la administración de los activos aeroportuarios del país. Este movimiento, impulsado por el presidente, es parte del ambicioso proyecto de conformación del grupo aeroportuario Casiopea, una entidad militar que gestionará el GACM, incluyendo el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), ASA y los pasivos relacionados con el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), así como varios aeropuertos con baja actividad y desafíos de seguridad.
La Marina destacó que la inclusión del GACM como socio representa un avance significativo en la integración del sistema aeroportuario del centro del país. Con el AICM también bajo la supervisión de la Marina, se facilitará una coordinación efectiva y una colaboración estratégica para mejorar la calidad de los servicios ofrecidos a los usuarios en esta región clave.
El Aeropuerto Internacional de Toluca, que ha enfrentado dificultades para recuperar su volumen de pasajeros desde el éxodo de aerolíneas de bajo costo en 2010, ve en esta nueva gestión una oportunidad para revitalizar sus operaciones. Desde entonces, el aeropuerto ha permanecido subutilizado, con periodos prolongados de inactividad y solo dos aerolíneas operando actualmente hacia unos pocos destinos nacionales.
El gobierno actual ha estado trabajando para adquirir la totalidad de las acciones del aeropuerto, con el 49% de la participación privada en manos de Aleática, una empresa española. La Marina está en negociaciones con Aleática para asumir el control completo del Aeropuerto de Toluca, que se espera cierre el año con un flujo de 2 millones de pasajeros.
Esta reestructuración y el incremento de la participación de la Marina en la gestión aeroportuaria busca no solo optimizar el uso de las infraestructuras existentes, sino también garantizar la seguridad y eficiencia operativa, respondiendo así a las necesidades de un creciente tráfico aéreo en la región.