BOGOTÁ.– Los principales cárteles de México del narcotráfico se encuentran incorporando a sus filas a “decenas” de exmilitares originarios de Colombia con experiencia en guerra irregular para mejorar las “capacidades tácticas” de sus estructuras armadas.
Las fuentes de inteligencia militar y exoficiales de rango medio que están involucrados en el proceso de reclutamiento dijeron a Proceso que, con esos hombres, que en su mayoría cuentan con entrenamiento de comandos, los cárteles se encuentran conformando unidades de élite para actuar con “mayor fuerza letal” frente a grupos enemigos en las diversas regiones de México.
Las fuentes consultadas indican que, entre los exintegrantes del Ejército colombiano que están viajando a México “contratados” por las organizaciones del narcotráfico, se encuentran francotiradores, instructores de fuerzas especiales, comandos de operaciones urbanas, guías caninos, enfermeros, explosivistas y pilotos de drones.
En la mayoría de los casos son militares retirados de unos 40 años de edad, tras 20 años de servicio, que están en plenitud de facultades y han sido fogueados durante mucho tiempo en combates contra grupos armados irregulares, como guerrillas y estructuras del narcotráfico.
“Los narcotraficantes mexicanos se están llevando a personal militar de capacidades diferenciadas, porque eso les ha dado muy buenos resultados en sus guerras por el control de territorios y porque la ganancia para ellos es doble: ganan combatientes altamente capacitados y ganan instructores para su gente”, indica una de las fuentes.
Varias fuentes con las que habló Proceso coinciden en que los cárteles mexicanos que más colombianos han reclutado son el de Sinaloa (CDS), el de Jalisco Nueva Generación (CJNG), La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios.
Ese medio agrega que dentro del Departamento de Inteligencia y Contrainteligencia Militar del Ejército de Colombia (identificado orgánicamente como CEDE2) se ha planteado la necesidad de realizar una “investigación de campo” sobre el tema y “tomar medidas” para prevenir el daño institucional que podrían causar las actividades ilegales de exmilitares colombianos en el extranjero.
En julio de 2021, al menos 24 mercenarios colombianos, en su mayoría militares en retiro, fueron parte del asesinato del entonces presidente de Haití, Jovenel Moïse, lo que llevó a políticos de Colombia a pedir al Ejército implementar algún tipo de monitoreo sobre exintegrantes de la institución que viajen al extranjero.