PHOENIX, Arizona, EU – El gran número de migrantes que intentan cruzar a la frontera sur de Estados Unidos en los alrededores de la remota comunidad de Lukeville, Arizona, ha hecho que las autoridades federales tomaran la decisión de cerrar el puerto de ingreso para que los funcionarios de operaciones que vigilan el tráfico de vehículos y peatones en los dos sentidos y que estos puedan ayudar a los agentes de la Patrulla Fronteriza a detener y procesar a los recién llegados.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) hizo el anuncio el pasado viernes que el cierre temporal de dicho paso fronterizo inicia mañana lunes, mientras las autoridades lidian con las cambiantes rutas migratorias que han rebasado a los agentes de la Patrulla Fronteriza que se encuentran allí. La gobernadora de Arizona y senadores federales del estado han tildado de “inaceptable” el cierre previsto.
La agencia dijo que “incrementará todos los recursos disponibles para procesar de forma rápida y segura a los migrantes” y que “continuará jerarquizando nuestra misión de seguridad fronteriza, según sea necesario, en respuesta a esta situación cambiante”.
En los últimos meses, la zona cercana al cruce se ha vuelto en una ruta migratoria muy utilizada, donde los contrabandistas dejan a personas que vienen de países tan variados como Senegal, India y China.
La mayoría de estos entran a pie en Estados Unidos al oeste de Lukeville a través de huecos en la valla fronteriza, y después se dirigen al este hacia el paso fronterizo oficial para entregarse a los primeros agentes que ven, con la esperanza de tener una oportunidad de recibir asilo.
La CBP culpó a “contrabandistas que venden desinformación para aprovecharse de personas vulnerables” por la llegada de cientos de personas a diario a los alrededores de Lukeville.
No estaba claro hasta cuándo se cerraría dicho paso fronterizo.
Aunque remoto, el paso fronterizo de Lukeville se utiliza habitualmente para viajar a Puerto Peñasco, centro turístico en Sonora, en el Mar de Cortés. Los estadunidenses a su vez cruzan por ahí para visitar la comunidad fronteriza de Sonoyta, en México, para comer, ir de compras o recibir atención médica y dental más accesible en cuanto a precios.
Algunos niños mexicanos cruzan a diario en autobús la frontera rumbo al norte para ir a la escuela.
Los senadores de Arizona Mark Kelly y Kyrsten Sinema, junto con la gobernadora Katie Hobbs, criticaron el plan de cerrar dicho cruce y exigieron mejores soluciones al gobierno del presidente Joe Biden.
“Este es un resultado inaceptable que desestabiliza aún más nuestra frontera, pone en riesgo la seguridad de nuestras comunidades y daña nuestra economía al interrumpir el comercio y el turismo”, dijeron en una declaración conjunta.
“El gobierno federal debe actuar con rapidez para mantener las operaciones de los puertos de entrada, tener la frontera bajo control, mantener seguras a las comunidades de Arizona y garantizar un trato humano a los migrantes.”
Kelly y Hobbs, los dos demócratas, y Sinema, independiente que fue elegida como demócrata, también criticaron a “los políticos partidistas que repiten como loros los temas de conversación mientras ven cómo la frontera se deteriora aún más”.
Dijeron que esos políticos no tendrían que “prestarse a ser una mera caja de resonancia y trabajar con nosotros para hacer algo y mantener nuestras comunidades seguras”.
En promedio, tres mil 140 personas en vehículos y 184 peatones entraron diariamente en Estados Unidos por Lukeville durante octubre, según cifras del Departamento de Transporte estadunidense.
Los viajeros podrán seguir cruzando para entrar o salir de Estados Unidos por Nogales, Arizona, a tres horas en coche al este, o por San Luis, también en Arizona, a dos horas en coche al oeste.
La CBP empezó a limitar el tráfico en el puerto de Lukeville esta semana. El lunes, la agencia también cerró uno de los dos puentes a los vehículos en Eagle Pass, Texas, una localidad de unos 30 mil habitantes que fue el corredor más transitado para cruces ilegales durante un tiempo el año pasado.