
En la Federación Rusa continúan rechazando cualquier propuesta de paz, incluido el plan inicial de 28 puntos de Estados Unidos, ya que no cumple con las antiguas demandas de Moscú de destruir la soberanía ucraniana y debilitar la OTAN. Así se indica en el informe del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).
El viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, confirmó que Rusia no renunciará a los ultimátums anunciados por Putin en la cumbre de Alaska y continuará buscando las “causas fundamentales de la guerra”, que el Kremlin tradicionalmente entiende como la expansión de la OTAN y la mítica “discriminación” de los rusos en Ucrania. También dio a entender que Moscú está dispuesto a continuar la guerra a pesar de las sanciones.
Funcionarios rusos, diputados de la Duma Estatal y propagandistas critican al unísono el plan estadounidense, afirmando que su implementación mantiene la “amenaza para Rusia” y limita sus posibilidades de continuar la ocupación de territorios.
Los ultranacionalistas, por su parte, insisten en que los objetivos de Rusia van más allá del Donbás y abarcan todos los territorios que el Kremlin ha declarado “anexionados”, e incluso hacen reclamaciones territoriales hasta la frontera con Polonia.
Los analistas del ISW consideran que Putin no muestra interés en negociaciones serias y, basándose en las declaraciones anteriores, es poco probable que acepte cualquier plan de paz que no implique la capitulación efectiva de Ucrania.
















