
El 20 de Noviembre fue el 115 aniversario de la Revolución Mexicana.
La Presidenta de la república, pronunció un discurso-clase de historia, con el estilo y frases (letra por letra), del señor de la Chingada, y remató con una afirmación que se atraganta en el gañote como piedra de molino:
“México avanza por la senda de la honestidad, de la paz, de la democracia y de la justicia”.
La señora del segundo piso no es tonta. La señora miente. Y lo hace por esa su falta de oficio político que cada vez se le nota más y más.

Lo de “México avanza” es burla, ¿en qué avanza?, en economía, no; ¿en salud o educación?, tampoco, ¿en seguridad pública?, menos; ¿en qué avanza?, en nada.
Ligar esa frase de locutor oficial con que avanzamos “por la senda de la honestidad”, es cinismo, descaro:
México cayó en 2024 al peor lugar en su historia en corrupción, al lugar 140 de 180 países evaluados por Transparencia Internacional, con una bajísima calificación: 26 puntos de cien posibles.

México sí avanza, en corrupción, como nunca habíamos visto: institucional, estructural, cobijada desde el poder.
Decir que avanzamos por la senda de la paz, no tiene nombre, en el primer año de doña Sheinbaum en La Silla, según el Inegi hubo 33,241 homicidios dolosos, pero no se puede ocultar que reclasifican los asesinatos para aparentar que disminuyen, suben los homicidios culposos, las muertes por otras causas y los desaparecidos, que en este séptimo año cuatrotero, primero de doña Sheinbaum, son 14,500.
No, no vamos por la senda de la paz, pregunte en Culiacán.

Y esa paz que no tenemos, se refleja en el número de marchas y manifestaciones. Nada más en la capital nacional, con datos de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, en los primeros once meses de este gobierno, hubo 2,761 “movilizaciones sociales” (protestas), dando un promedio de ocho manifestaciones diarias. Súmele las de la Generación Z y las del Movimiento del Sombrero.
No nos podemos sorprender de que la presidenta Sheinbaum haya dicho eso de que México avanza por la senda de la democracia, pues antes, el 21 de septiembre de este año, en Yucatán, dijo tan fresca, que “México es el país más democrático del mundo”.
Qué mala suerte tiene este gobierno transformador de la patria, pues todos los organismos internacionales que revisan el tema en el mundo, señalan que vamos mal, muy mal en democracia.
“La caída antidemocrática de México es dramática en los últimos tres años”.
Por Nik Periodismo
















