
México es el país más peligroso para ejercer el sacerdocio en América Latina porque desde 1990 hasta 2024 fueron asesinados 59 curas, un cardenal, un diácono, cuatro religiosos, nueve laicos y una periodista católica, a lo que se suman amenazas, agresiones y robo de patrimonio religioso, según denunció el Centro Católico Multimedial (CCM).
‘Violencia contra sacerdotes, religiosos e instituciones de la Iglesia Católica en México’ es el título del reporte anual en el que la organización, que depende de la Conferencia Episcopal de este país, aseguró que los delitos contra la mencionada religión que ocurren en este país superan los registrados en Colombia, Brasil, Guatemala, Venezuela, El Salvador y Argentina.
El caso más reciente, y que no viene incluido porque corresponde a este año, es el de Bertoldo Pantaleón Estrada, un sacerdote que desapareció el pasado 4 de octubre en Guerrero. Tres días más tarde, su cuerpo fue encontrado acribillado al interior de una camioneta.
“México es el primer país latinoamericano con más ataques violentos a recintos sagrados (…). Esto se traduce en agresiones contra los fieles, vandalismo, robo de arte sacro, quema de iglesias, terrorismo contra monasterios, intimidación y asesinato contra ministros de culto y agentes evangelizadores”, afirmó.
Víctimas
La investigación enumeró de manera cronológica los asesinatos, secuestros y atentados sufridos por representantes eclesiásticos de manera cronológica desde hace 35 años. El primer caso reportado es el del padre Guillermo Madrigal Arias, quien fue asesinado el 10 de diciembre de 1990 en Ciudad Juárez.

El último es el del Marcelo Pérez Pérez, de 51 años, cuyo asesinato, ocurrido el 20 de octubre del año pasado en San Cristóbal de las Casas, provocó una conmoción debido a que era un reconocido activista de derechos humanos.
Además de los homicidios, el informe recordó que hay dos sacerdotes desaparecidos en México. Del padre Santiago Álvarez Figueroa de la diócesis de Zamora, Michoacán, no se tienen noticias desde el 29 de diciembre de 2012, en tanto que el padre Carlos Órnelas Puga fue visto por última vez el 3 de noviembre de 2013 en Tamaulipas.
Con respecto a las afectaciones del patrimonio religioso de la Iglesia Católica en este país, que consta de alrededor de cuatro millones de piezas de arte sacro, el CCM explicó que durante los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, es decir, de 2000 a 2018, fueron robadas por lo menos 1.450 obras.
“Los ataques contra templos católicos derivan en dos situaciones fundamentales: El lucrativo tráfico de arte sacro que atenta contra recintos para apropiación y pillaje del patrimonio histórico, cultural y religioso de la nación; y por otra, la de sujetos que atacan santuarios y parroquias para demostrar cuestiones antirreligiosas, motivos políticos, para cobrar derechos de piso y, en otros casos, para dejar constancia de sus presuntas ligas con sectas o cultos satánicos”, explicó.