CIUDAD DE MÉXICO – Las cifras con respecto al estado del agua en México muestran un escenario bastante preocupante. De las 210 presas a nivel nacional, cinco se encuentran completamente secas y 23 operan por debajo del 10 por ciento de su capacidad.
Si bien la ONU ha calculado que para 2028 llegará el Día Cero, esto es, cuando el gobierno no tenga la capacidad de garantizar el abasto del agua en regiones como la CDMX, la Conagua advierte que el Sistema Cutzamala, esencial para la Zona Metropolitana del Valle de México, debido a que representa el 25 por ciento del abasto del líquido, podría terminarse antes de junio de este año.
La situación se agrava ante la escasez de lluvias y a la prolongada sequía que perjudica esta cuenca, dejando al Valle de México con una reserva de agua para apenas 147 días.
Hasta el 29 de enero, la cifra de agua almacenada en las presas de Villa Victoria, Valle de Bravo y El Bosque es sólo el 39.8 por ciento de su capacidad histórica. Un análisis de Standard & Poor’s (S&P) señala una disminución significativa en la disponibilidad de agua, pasando de 10 mil metros cúbicos a 3 mil 200 entre 1960 y 2024.
Once entidades, incluida la CDMX, enfrentan la amenaza directa de una sequía que afecta el crecimiento hasta 2030 sin que se tengan políticas públicas para afrontar una crisis de esta magnitud. Baja California, Aguascalientes, Morelos, Estado de México, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Guanajuato, Puebla y Zacatecas mantienen un exposición alta al estrés hídrico. Factores como el aumento de la población, sequías recurrentes y la sobreexplotación del recurso contribuyen a este pronóstico.
Con el 61.5 por ciento del territorio nacional perjudicado por sequías que han limitado el acceso al agua en los hogares en las últimas semanas, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima mil 613 municipios con sequías severas, extremas y excepcionales, con una especial incidencia en las regiones norte y centro del país.