
En los últimos años, la detención o neutralización de varios capos mexicanos reconfiguró el mapa de las organizaciones criminales que se disputan poder, rutas, mercancías y territorios en México, lo que abrió espacio para el ascenso de nuevos liderazgos y facciones internas.
Actualmente, las dos organizaciones criminales con mayor presencia y capacidad operativa son el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, razón por la cual sus principales líderes figuran entre los más buscados tanto en México como en Estados Unidos.
En el caso del CJNG, su líder histórico y máximo referente es Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’. El Departamento de Estado de EE.UU. ofrece actualmente hasta 15 millones de dólares por información que conduzca a su captura, una de las recompensas más altas vigentes contra un narcotraficante mexicano.
En cuando al Cártel de Sinaloa, los jefes con más poder son Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Ismael Zambada Sicairos, alias ‘El Mayito Flaco’, hijo de ‘El Mayo’ Zambada; y Aureliano Guzmán Loera, alias ‘El Guano’, hermano de ‘El Chapo’. EE.UU. ofrece entre 10 y 15 millones de dólares por su detención.

Cambios
El caso de ‘El Mencho’ es excepcional, ya que el CJNG es una de las escasas organizaciones criminales que todavía sostiene una estructura jerárquica con un jefe máximo, tal y como ocurrió tradicionalmente en el narcotráfico mexicano.
Por ello, este capo prófugo es sucesor de figuras criminales emblemáticas como Amado Carrillo Fuentes, ‘El Señor de los Cielos’ (Cártel de Juárez); Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán (Cártel de Sinaloa) y los hermanos Benjamín, Ramón y Francisco Arellano Félix (Cártel de Tijuana), quienes terminaron muertos o presos.
Pero esos liderazgos todopoderosos y únicos ya casi no existen porque los cárteles se transformaron y pasaron de un sistema piramidal con un jefe principal a uno horizontal, operado por diferentes jefes en cada etapa del negocio.
Uno de los ejemplos más claros es el Cártel de Sinaloa, ya que la captura, extradición, juicio y condena a cadena perpetua de ‘El Chapo’, su líder máximo durante décadas, dio paso a sangrientas peleas entre cuatro de sus hijos con el grupo que comandaba Ismael ‘El Mayo’ Zambada, uno de sus principales socios, y con otras facciones más chicas de la organización.
Golpe
Así, a fines de la década pasada, ‘El Mayo’ le disputaba el poder en el Cártel de Sinaloa a cuatro de los hijos de ‘El Chapo’: Ovidio y Joaquín Guzmán López; e Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar.
A mediados de 2024, la organización criminal sufrió un histórico golpe con el operativo que llevó a cabo Joaquín Guzmán López para secuestrar a ‘El Mayo’ Zambada con el fin de entregarlo a las autoridades de EE.UU. De hecho, el propio hijo del Chapo se entregó con la intención de convertirse en colaborador para poder acceder a una redaccion de pena.
En ese momento, Ovidio ya haba sido detenido y extraditado a EE.UU., por lo que en Sinaloa quedaron al mando sus dos medios hermanos, Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, quienes reforzaron la ‘guerra’ de poder con los grupos que comandan Ismael Zambada Sicairos, ‘El Mayito Flaco’, hijo de ‘El Mayo’ Zambada; y Aureliano Guzmán Loera, alias ‘El Guano’, hermano de ‘El Chapo”, es decir, su tío.
La pelea, que ha dejado un saldo de cientos de muertos y un perenne clima de violencia, continúa en medio de un proceso de reconfiguración que probablemente desembocará en cambios de nombres de los jefes de cada grupo. La historia ha demostrado que los capos pueden ser detenidos o asesinados, pero el millonario negocio ilegal jamás termina, solo pasa de manos.














