
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos se ha declarado “horrorizada” por la operación policial desarrollada en las favelas del norte de Río de Janeiro, que dejó un saldo de al menos 64 fallecidos, incluidos 4 policías.
“Esta operación mortal refuerza la tendencia de consecuencias letales extremas de las operaciones policiales en las comunidades marginadas de Brasil”, dice el breve comunicado de la Oficina, difundido a través de las redes sociales.
El organismo recuerda a las autoridades brasileñas “sus obligaciones” en el marco del derecho internacional de los derechos humanos y les exhortan a que se lleven a cabo “investigaciones rápidas y efectivas”.
La operación desplegada el martes se ha convertido en la más letal de la historia de Río de Janeiro, una ciudad donde son relativamente frecuentes los grandes despliegues policiales.
El operativo contra el grupo criminal Comando Vermelho implicó la participación de 2.500 agentes, con el objetivo de ejecutar 100 órdenes de arresto en los populosos complejos de favelas Alemao y Penha, unas de las zonas más pobres y violentas de la ciudad.
Pese a que el Gobierno de Río de Janeiro defendió el operativo, las críticas no tardaron en llegar. En redes sociales, la concejala Thais Ferreira (Niterói) calificó la operación como “un genocidio”, y acusó al gobernador de haber transformado la ciudad en un “laboratorio de exterminio del pueblo negro y pobre”.
Su par, Benny Briolly, también cuestionó la acción: “¡La favela merece respeto! Río de Janeiro llora con otra operación sangrienta, violenta y bárbara. […] Basta de guerra contra los pobres: queremos una seguridad pública eficaz e inteligente”.














