
Según el Instituto de Estudios de la Guerra (ISW), en el radio de acción de la variante del misil Tomahawk de 2500 kilómetros se encuentran al menos 1945 objetivos militares rusos, y en un radio de 1600 kilómetros, no menos de 1655.
Si Ucrania recibiera estos misiles, podría debilitar significativamente la capacidad de combate de Rusia. En particular, podría atacar la producción de «shaheds» en Yelabuga o la base aérea Engels-2, desde donde despegan bombarderos que lanzan misiles contra civiles ucranianos.
«El Kremlin intenta impedir que Estados Unidos suministre misiles Tomahawk a Ucrania para preservar el refugio que Rusia utiliza en su retaguardia», añadieron en ISW.