
El mercado inmobiliario de Florida se ha consolidado como un imán para los inversionistas extranjeros. Solo en el sur de Miami, los latinoamericanos lideran las compras de propiedades con más de US$ 367 millones invertidos en un año, encabezados por argentinos, seguidos de colombianos, brasileños y mexicanos.
De acuerdo con la National Association of Realtors, cerca del 35% de los compradores internacionales en Florida provienen de América Latina y el Caribe, mientras que el precio medio que pagan los extranjeros por una vivienda existente es de US$ 416.00, cerca del 62 % de esas compras se hacen al contado.
También los datos de rendimiento de Airbnb son reveladores. En Miami Beach hay unos 4.994 anuncios activos; entre junio de 2024 y mayo de 2025 la ocupación promedio fue del 69 %, la tarifa diaria promedio (ADR) ronda los US$ 203, y los ingresos básicos anuales de una propiedad tipo fueron cerca de US$ 47.000.
En toda la ciudad de Miami, entre septiembre de 2024 y agosto de 2025, la ocupación promedio fue del 57 %, con un ADR de alrededor de US$ 230, y los ingresos mensuales estimados para muchas propiedades alcanzan unos US$ 3.430. Florida City, aunque con menor densidad turística, se está consolidando como una alternativa con precios de entrada más bajos, ideal para quienes buscan diversificar fuera de los mercados saturados de Miami Beach y Brickell.
Comprar un departamento en Miami o en ciudades cercanas con mucha demanda y potencial como Florida City y ponerlo en Airbnb ha sido una estrategia en auge entre los latinos, pero no todos logran los rendimientos esperados.
Desde The Best Realty Agency, firma de Real Estate en Miami y la Florida dirigida por dos emprendedoras brasileñas, destacan los 5 errores más comunes que suelen cometerse.
1. No conocer la normativa local
Cada condado tiene regulaciones diferentes sobre alquileres temporales y, en muchos casos, se requieren licencias y permisos. Ignorar estas reglas puede derivar en multas costosas o incluso la clausura de la propiedad.
En Miami Beach, por ejemplo, la regulación de alquileres temporales es estricta: los anfitriones deben registrarse, puede haber restricciones zonales y exigencias legales específicas.
2. Subestimar los costos de mantenimiento y limpieza
Imaginate que una propiedad en Miami Beach genera US$ 47.000 al año con ocupación del 69 % – si cada limpieza profunda cuesta más de lo estimado, o muebles se deterioran por el uso frecuente o el clima de humedad, el margen puede caer significativamente. Reseñas malas por limpieza o desgaste inciden directamente en la baja de ocupación, lo que podría reducir ese ingreso anual promedio sustancialmente.
3. Fijar precios sin estrategia
Muchos propietarios establecen tarifas sin tener en cuenta la demanda estacional o el comportamiento del mercado. El resultado es quedarse fuera de competencia o limitar las ganancias. El uso de pricing dinámico permite maximizar la ocupación y mejorar los márgenes de rentabilidad.
Con un ADR promedio en Miami Beach de US$ 203 y ocupaciones que varían de mes a mes, cargar una tarifa fija sin ajustarla a temporada alta (por ejemplo durante fines de semana con eventos, feriados o la temporada de invierno cuando llegan turistas) puede hacerte perder ingresos. Por ejemplo, si mantienes tarifas bajas fuera de temporada, no alcanzas compensar los meses pico; si las tarifas son demasiado altas, te quedas sin reservas. En Miami la tarifa diaria del mercado fluctúa mucho, por lo que quienes aprovechan el pricing dinámico generalmente mejoran su ocupación y su ingreso mensual promedio (US$ 3.430 para muchas propiedades en Miami) significativamente.
4. Falta de gestión profesional
Responder tarde a los huéspedes, no contar con un sistema de reservas eficiente o improvisar con la limpieza puede arruinar la reputación de una propiedad en cuestión de semanas. “Muchos inversionistas latinos piensan que basta con comprar y poner en Airbnb, pero la diferencia está en la profesionalización: desde tener permisos vigentes hasta ofrecer un servicio memorable al huésped”, señala Elisa Da Silva, CEO y co-fundadora de The Best Realty Agency.
En un mercado con casi 5.000 anuncios activos en Miami Beach, la competencia es fuerte: los anfitriones con mejor puntuación, mejor comunicación y mejor experiencia al huésped se llevan una mayor proporción de reservas.
5. No tratar la propiedad como un negocio
Tener un departamento para Airbnb no es solo comprar y esperar que trabaje solo. Para alcanzar ingresos como los mencionados (US$ 47.000/año, o US$ 3.430/mes en algunas propiedades de Miami) hace falta reinvertir en mantenimiento, mobiliario, decoración, marketing del anuncio, optimización de precios, tarifas limpias, gestión de reservas, etc. Los bienes que se descuidan, que no se actualizan o que no se promocionan adecuadamente pierden valor competitivo.
Un departamento bien gestionado puede multiplicar su rentabilidad, pero los errores que más se repiten son los de regulación desconocida, precios fijos sin ajuste de temporada y la falta de estrategia de marketing”, agrega Jani Bonatti, co-fundadora de The Best Real Estate Agency.