
Tras los ataques con drones ucranianos a la industria petrolera rusa, casi el 40% de la capacidad de procesamiento del país se ha detenido, siendo este el primer colapso de tal magnitud en la historia de Rusia, reportan medios internacionales.
Rusia está tomando medidas de emergencia, entre ellas, comenzará a comprar gasolina en China, Corea del Sur y Singapur, eliminará los aranceles e incluso pagará a los importadores desde el presupuesto.
Paralelamente, las autoridades planean aumentar los suministros desde Bielorrusia y volver al aditivo tóxico MMA, del que se desistió en 2016 debido a riesgos oncológicos.
En dos meses, los drones ucranianos han dejado fuera de servicio más de 20 grandes plantas. El fin de semana se añadió a la lista la refinería de Yaroslavl, así como la estación de bombeo “Sukhodolnaya” en la región de Rostov, donde cayeron al menos 10 drones.