
Ucrania está ganando la guerra, y esto ya es evidente incluso para escépticos como Trump, escribe en Financial Times el historiador israelí Yuval Noah Harari.
Recuerda que el objetivo de la invasión rusa en 2022 era eliminar la soberanía ucraniana, pero hoy Moscú controla menos territorio que en agosto de ese mismo año y no ha capturado ninguna ciudad estratégica. Harari compara las pérdidas de los ocupantes con avances mínimos con la guerra de posiciones de la Primera Guerra Mundial.
En el mar, drones y misiles han acorralado a la flota rusa en bahías, y en el cielo la aviación rusa teme acercarse al frente. Mientras tanto, Ucrania lucha por sí sola, mientras que el ejército extranjero intervino solo una vez: Corea del Norte ayudó a Rusia.
Según el historiador, si Kyiv hubiera recibido de inmediato todo el armamento necesario de Occidente, la victoria podría haberse producido ya en 2022-2023. Hoy en día, el ejército ucraniano es el principal garante de la seguridad de Europa.
“No es sorprendente que Trump haya empezado a apoyar más a Ucrania. Le gusta estar del lado de los ganadores”, concluye Harari.
















