
CIUDAD DE MÉXICO — Un veto ejecutado por el gobierno en contra la comida chatarra en las escuelas de todo México se ha activado desde ayer sábado, informaron las autoridades de la SEP, mientras el país intenta brindar atención a una de las peores epidemias de obesidad y diabetes del mundo.
Las directrices de salud, que fueron compartidas por primera vez el otoño pasado, indican de forma directa a productos procesados salados y dulces que se han vuelto un hecho en un elemento básico para generaciones de estudiantes mexicanos, como las bebidas azucaradas de frutas, papas fritas empaquetadas, chicharrones artificiales y maní con sabor a chile envuelto en soya.
Tras el anuncio que el veto se había hecho ley, la Secretaría de Educación de México publicó en X: “¡Adiós a la comida chatarra!”, y alentó a los padres a apoyar la cruzada del gobierno cocinando comidas saludables para sus hijos.
El ambicioso intento de México de hacer una reforma a su cultura alimentaria y reprogramar a la próxima generación de consumidores está siendo vista de cerca en todo el mundo, mientras los gobiernos luchan por revertir la epidemia global de obesidad.
En Estados Unidos, por ejemplo, el secretario de salud del gobierno de Trump, Robert F. Kennedy Jr., ha hecho la promesa de transformar el sistema alimentario del país y “Hacer saludable a Estados Unidos otra vez” al enfocarse en alimentos ultraprocesados para frenar el incremento de la obesidad y las enfermedades.
Bajo la nueva orden de México, las escuelas tendrán que eliminar gradualmente cualquier alimento y bebida que tenga incluso un solo logotipo de advertencia negro que lo marque como alto en sal, azúcar, calorías y grasa. México ha implementado ese sistema obligatorio de etiquetado frontal en 2020.
🍔🚫 El consumo de #ComidaChatarra afecta la salud de los estudiantes, provocando fatiga, dificultades para concentrarse y problemas a largo plazo como obesidad. 😱⚠️
¡Apostemos por una alimentación saludable para mejorar la calidad de vida y el rendimiento académico! 🍎🤓… pic.twitter.com/xCilPJR1eL
— SEP México (@SEP_mx) March 29, 2025
Aplicado desde la mañana del lunes, el comienzo de la semana escolar, el veto a la comida chatarra también requiere que las escuelas sirvan alternativas más nutritivas a la comida chatarra, como tacos de frijoles, y ofrezcan agua potable simple.
Los infantes de México comen todavía más comida chatarra que en cualquier otro lugar de América Latina, según UNICEF, que clasifica la epidemia de obesidad infantil del país como una emergencia. Las bebidas azucaradas y los alimentos altamente procesados representan el 40% de las calorías totales que los niños consumen en un día, informa la agencia.
Un tercio de los niños mexicanos ya se consideran con sobrepeso u obesidad, según estadísticas del gobierno.
Los directivos de centros escolares que incumplan la orden se exponen a multas de entre 545 y 5.450 dólares.
Pero la aplicación de la ley plantea un desafío en un país donde prohibiciones anteriores de comida chatarra han tenido dificultades para ganar tracción y la supervisión ha sido laxa en las 255.000 escuelas de México, muchas de las cuales carecen de fuentes de agua e incluso de internet y electricidad confiables.
Tampoco estaba claro de inmediato cómo el gobierno prohibiría la venta de comida chatarra en las aceras fuera de los campus escolares, donde los vendedores ambulantes suelen vender dulces, papas fritas, nachos y helados a los niños durante el recreo y después de que termina el día escolar.