En el mes de abril pasado, Candy Espinoza Ríos decide bajarse de la contienda porque no recibió la protección que había solicitado ante las reiteradas amenazas de muerte y mejor se fue de Copala, pues su hermano había sido asesinado en 2023.
Salir del mapa fue la única salida que tuvo Candy Espinoza Ríos, candidata de la alianza Morena, PVEM y PT al municipio de Copala, región de la Costa Chica de Guerrero, para poder poner a salvo su vida y la de sus familiares cercanos.
Desde el 4 de abril que Candy Espinoza Ríos se bajó de la contienda porque no recibió la protección que solicitó, ante las reiteradas amenazas de muerte, desapareció de Copala junto con su familia: su esposo, sus hijos y su madre.
Borra sus redes sociales, cambió su número telefónico y dejó atrás su vida en Copala. “Ninguno de nosotros sabe a dónde se fue”, manifestó un primo de Candy.
El miércoles 3 de abril, Candy Espinoza acudió a las instalaciones del Instituto Estatal Electoral de Participación Ciudadana de Guerrero (Iepcgro) a entregar su solicitud de registro como candidata a la alcaldía de Copala. Al día siguiente se esfumó.
Antes de esfumarse de su pueblo posteó en su perfil: “Con mucha decepción me doy cuenta (de) que no hubo el respaldo de parte del gobierno del estado, Dirección de Seguridad Pública, Guardia Nacional y Ejército Mexicano, quienes me negaron en todo momento la seguridad hacia mi persona, mi familia y equipo de trabajo”.
Candy Espinoza toma con seriedad las amenazas que recibía. Lo mismo había sufrido su hermano, Jesús González Ríos, el aspirante original a la alcaldía de Copala, a quien hallaron asesinado un día después de que lo privaron de la libertad, el 29 de junio del 2023. El inge, o sólo Chucho Ríos, como le decían, era el coordinador del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Copala y un aspirante fuerte a la presidencia municipal.