TUXTLA GUTIÉRREZ – Debido a las acciones de narcoviolencia e inseguridad que atraviesa la región de la Sierra Madre de Chiapas y la región Fronteriza, ayer lunes miles de niños y niñas no asistieron a clases, después de que los maestros no pudieron movilizarse a sus centros de trabajo y sus comunidades, debido a que no hay garantías de seguridad para ellos.
Celerino Nolasco Alvarado, supervisor de la Zona Escolar 025, hizo pública una misiva en la que pidió a todos los docentes no llegar a sus centros de trabajo para resguardar la seguridad de ellos y sus alumnos.
“Ante la negligencia y ausentismo de las autoridades competentes para hacerle frente a los actos delictivos cometidos por grupos criminales en la región de la Sierra Madre de Chiapas, de los cuales todos estamos conscientes y sin tener o ver hasta ahora una pronta solución ante el pánico y la incertidumbre provocado a la sociedad, determinamos suspender temporalmente las actividades laborales docentes en todas las escuelas de la zona escolar 025, ubicada en la Sierra Madre de Chiapas, perteneciente a la región Frontera-Sur”, dijo en su misiva oficial.
Esto, agregó, “para no exponer la integridad física tanto del personal docente, alumnos y padres de familia, hasta que la normalidad y seguridad retorne a nuestra supervivencia”.
Por su parte, el Comité Ejecutivo de la Asamblea Estatal Democrática de la sección 40 se pronunció en contra de dicha situación que prevalece en esa región de las regiones Sierra y la Frontera.
Aseguró que el estado de Chiapas se encuentra en la actualidad en focos rojos por los actos violentos que se desarrollan entre los grupos de poder político y económico en las regiones de la Sierra Madre de Chiapas y Comalapa.
Armando Falconi, uno de los líderes de dicho comité, dijo que se han hecho innumerables denuncias a través de las redes sociales por los habitantes de la región, mientras los ejecutivos federal y estatal prefieren hacer caso omiso ante tal situación o de forma absurda tratan de ocultar la realidad con discursos de paz.
“Es inadmisible que minimicen los problemas que recaen en los trabajadores del campo y la ciudad, la incertidumbre que genera tal inseguridad es latente y recae en el pueblo, pues es quien la padece”, indicó.
Y que a pesar con la presencia de la Guardia Nacional y la existencia de cuarteles militares a pocos kilómetros, “estos no acuden a los llamados de auxilio que expresan los pobladores, y por lo tanto se ratifica la tesis de que los cuerpos castrenses sirven a quienes detentan el poder y de ninguna manera sirven para cuidar al pueblo”.
En tanto en la Región Costa Grande, de la Organización V de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) manifestaron su preocupación “por la incesante violencia en los poblados de la región Sierra Madre y Frontera Sur, en especial a todos los que trabajan en las distintas comunidades del Ejido Belisario Domínguez, pertenecientes a nuestra región Costa Grande”.