En Rusia, un avión de Ural Airlines que volaba de Sochi a Omsk tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en un campo cerca de Novosibirsk.
A bordo del Airbus A320 iban 167 personas, entre estas seis miembros de la tripulación y 23 niños. Antes de aterrizar, el avión tuvo que sonar una alarma debido a una falla en el sistema hidráulico. No se reportan víctimas.
“En Rusia todavía no comprenden que utilizar los servicios de las aerolíneas locales pone en peligro la vida, ya que, debido a las sanciones, los aviones extranjeros no cuentan con el servicio de especialistas certificados. Y para reparar los laterales utilizan repuestos no originales o desgastados”, afirman fuentes periodisticas.
Mientras tanto, el Departamento de Investigación del Transporte de Novosibirsk abrió una causa penal en virtud de un artículo sobre la violación de las normas de seguridad del tráfico y el funcionamiento del transporte aéreo.
Avión era uno de los robados por Rusia
Este avión que aterrizó en un campo cerca de Novosibirsk resulta ser uno de los robados por los rusos durante la invasión a gran escala en contra de Ucrania.
Airbus era de la empresa irlandesa AerCap y estaba en Rusia en condiciones de arrendamiento. En la primavera de 2022, cuando se impusieron sanciones contra Rusia, los rusos volvieron a matricular el avión en su propia “Ural Airlines”; en total, AerCap perdió 113 aviones en Rusia con un coste total de más de 2.500 millones de dólares.
Actualmente, los rusos tienen operando 467 aviones Airbus y Boeing, aunque no reciben repuestos, soporte técnico ni mantenimiento de las empresas propietarias. Las compañías aéreas rusas compran piezas de repuesto de países “amigos” y también trasladan componentes de un avión a otro.