CELAYA – Tres elementos de la policía municipal de Celaya han sido asesinados en el interior del bar Michelts. Las víctimas estaban francos y convivían en el lugar cuando llegan personas armadas a disparar. En el ataque resulta herida una mujer.
Los tres policías que murieron son “fedepales”, como se conocen a los elementos que son de la extinta Policía Federal, pero que ahora se incorporaron como policías en varios municipios de Guanajuato, principalmente en Celaya, donde ha comenzado a llegar desde 2019, cuando la entonces alcaldesa del PAN, Elvira Paniagua Rodríguez, había nombrado como responsable de la seguridad al excoordinador de la Policía Federal, Miguel Ángel Simental.
De acuerdo con los primeros informes, alrededor de las 5:30 de la tarde de ayer miércoles, los fedepales se encontraban en el bar cuando iniciaron los disparos dirigidos a ellos. Los responsables escaparon.
Después de que se informó el ataque al bar, ubicado en la colonia Nuevo Celaya, los cuerpos de emergencia han confirmado que dos de las personas estaban sin vida, mientras que el tercero muere cuando era trasladado a recibir atención médica. Hasta la noche de ayer miércoles no se ha dado a conocer el estado de salud de la mujer que fue herida.
El atentado contra los expolicías federales adscritos a la policía municipal de Celaya se da a unos días de que el alcalde, el morenista Juan Miguel Ramírez Sánchez, anunció que serían despedidos todos los llamados fedepales de la corporación: alrededor de 330 elementos.
Una de las primeras decisiones que tomó Ramírez Sánchez, quien llega al gobierno después de más de 20 años de administraciones panistas, fue la liquidación de los primeros 153 fedepales, y hace apenas unos días anunció que el resto de los expolicías federales que estuvieron en la corporación durante los últimos años también serían despedidos.
El gobierno municipal estima el pago de alrededor de 30 millones de pesos para liquidar a todos los exfederales, y aunque sigue el proceso, todavía hay elementos en activo, pero la seguridad está a cargo de la Guardia Nacional a petición del propio presidente municipal.