
Ciudad de México – El norte del estado de Veracruz se ha visto perjudicado por dos golpes contundentes: primero, debido a las devastadoras lluvias de entre el 6 y el 9 de octubre que han cobrado la vida de docenas de personas en la entidad y en otras partes del centro de México. Y luego, como una de las consecuencias de esta tragedia, un gigantesco derrame de hidrocarburos que ha afectado arroyos, ríos, flora, fauna, hogares y sembradíos en la región, que depende comercialmente de esta época y ahora ha visto arrasado su modo de vida.
Las primeras denuncias llegaron el 17 de octubre pasado, cuando habitantes de la localidad de Citlaltepec, ubicada en el municipio de Álamo de Temapache, en el norte de Veracruz, denunciaron que había un derrame que estaba afectando al arroyo de la zona y al río Pantepec.
En los primeros días, los habitantes compartían imágenes y videos en redes sociales mostrando las afectaciones del derrame de hidrocarburos: las afectaciones eran en el agua, pero también para la fauna local, como tortugas e incluso cocodrilos, que se mostraban cubiertos de petróleo.
Entre las denuncias, urgentes debido a que la contaminación se extendía rápidamente, y las afectaciones para la flora y fauna era devastadora, los habitantes de la región también denunciaban el insoportable olor de los hidrocarburos. Las dudas sobre cómo se había presentado el derrame fueron aclaradas luego por las autoridades.
El oleoducto de Petróleos Mexicanos (Pemex), de 30 pulgadas, llamado Poza Rica–Madero, en el municipio de Álamo Temapache, Veracruz, sufrió un rompimiento casi una semana después de las lluvias que golpearon, entre otros, a Veracruz: eso provocó el derrame que se ha documentado en imágenes y videos en la zona.












