
Este año 2025 ha vuelto a México Manuel Fernández Valencia, quien fue identificado oficialmente como uno de los operadores de mayor jerarquía dentro del Cártel de Sinaloa para el trasiego de drogas, después de haber cumplido poco menos de la mitad de su condena de 27 años de en una prisión de los Estados Unidos. Este capo ha regresado sin problema alguno a las riendas de sus dos empresas en Michoacán que se dedican a la exportación de frutas y aguacates, las cuales se encontraban abiertas durante los 14 años que él estuvo ausente.
Manuel Fernández, quien es conocido en el mundo del narcotráfico como la Puerca o el Animal quien, a diferencia de otros, no ha estado sumamente bajo el escrutinio de los medios de comunicación ni bajo las luces o los reflectores de la opinión pública, fue detenido en Culiacán, Sinaloa, en noviembre de 2010. No existe información pública con respecto a cuándo fue extraditado. Sin embargo, 6 años después, el 1 de diciembre de 2016, la Corte del Distrito Norte de Illinois, en Chicago, lo había sentenciado a 27 años de cárcel.
Si Manuel Fernández hubiese cumplido su condena de manera completa, debería haber pisado las calles nuevamente hasta el año 2043. Sin embargo, al volverse en un informante o testigo protegido que aportó información valiosa para el juicio de su exjefe, Joaquín el Chapo Guzmán, condenado a cadena perpetua, pudo regresar a México a sus actividades como un próspero empresario, propietario de huertas con permisos de exportación entregados por autoridades mexicanas.
Cuando el sujeto fue condenado, la Fiscalía Federal del Distrito Norte de Illinois había dejado plasmado en un comunicado el tamaño de sujeto que era: la Puerca empleó aviones, barcos, navíos de pesca, autobuses, camiones de carga, automóviles y hasta submarinos para introducir, sobre todo, marihuana y cocaína a casas de seguridad en el sur de California con guardias armados y con fusiles asalto.
“El acusado operaba al más alto nivel, dentro de las organizaciones internacionales de traficantes más grandes y violentas”, señaló el fiscal federal Zachary T. Fardon. No obstante, la contundencia con la que se refirió a este personaje contrasta con el castigo.
El 16 de enero de 2025 en Uruapan, Michoacán, se llevó a cabo una asamblea extraordinaria de la empresa Huertas Agrocupatitzio. Manuel Fernández se presentó ante el notario 50, Moisés Espinosa Cruz, para reclamar su participación accionara como el heredero y albacea único de su hijo, Marcial Fernández Amezola, mostrando la sentencia de un juicio testamentario.
El vástago de Manuel Fernández fue asesinado en 2010. El cártel de los hermanos Beltrán Leyva ordenó asesinar a Iván Archivaldo Guzmán, pero los sicarios se confundieron, porque tanto Marcial Fernández como el hijo del Chapo Guzmán conducían el mismo tipo de auto de alta gama: un Ferrari blanco.
Huertas Agrocupatitzio fue creada desde el 4 de noviembre de 2009. Los primeros accionistas fueron Aurora Palomares Valencia y, justamente, Marcial Fernández Amezola, quien sería asesinado un año más tarde.
Manuel Fernández no sólo era uno de los principales operadores del tráfico de drogas, también ha tenido una estrecha cercanía, incluso familiar, con los líderes del Cártel de Sinaloa: su hija, Gabriela Gisela Fernández Amezola, contrajo matrimonio con Néstor Isidro Pérez Salas, el Nini, el sanguinario jefe de sicarios al servicio de Los Chapitos.
En el acta de la asamblea enviada al registro público de Uruapan por Huertas Agrocupatitzio, no hay duda de que la Puerca estuvo ahí:
“(…) Se hace constar la presencia de Manuel Fernández Valencia en su carácter de heredero y albacea definitivo de la sucesión testamentaria de bienes del señor Marcial Fernández Amezola (…)”. En el medio Proceso se redactó un artículo completo al respecto, lo compartimos por acá… ⇑ Abre nueva ventana.