
CIUDAD DE MÉXICO – La Secretaría de Educación Pública (SEP), a cargo de Mario Delgado Carrillo, intenta dar marcha atrás a varias disposiciones de la ley en donde se prohíbe la venta de comida chatarra en las escuelas: y persigue a que las tiendas puedan ofrecer alimentos elaborados con productos que contengan sellos, que se permita la venta afuera de los colegios y que la prohibición no sea aplicado para las universidades.
Un proyecto de reforma llevado a cabo por la SEP, en poder de Proceso, indica el detalle que el equipo de Delgado quiere se modifique en algunos de los lineamientos adoptados el pasado 30 de septiembre –en el último día de la administración de Andrés Manuel López Obrador–, que prohibieron la venta o distribución de comida chatarra en todas las escuelas a nivel nacional.
De aplicarse dichos cambios, la industria que produce y comercializa los productos ultraprocesados mantendría su presencia en escuelas de México, país que ha declarado una emergencia epidemiológica de obesidad y diabetes en 2016, esto por el alto consumo de refrescos y comida chatarra.
A través de un documento, enviado a un grupo de funcionarios el pasado 4 de abril, la SEP ha justificado su reforma de cara a la necesidad de “definir con mayor claridad la participación de las autoridades sanitarias en el marco de sus competencias y con ello delimitar su actuación”.
La iniciativa de reforma exenta a la educación superior –categoría a la que pertenecen las universidades– del alcance de la medida: en lugar de aplicarles dicha prohibición, instruye a las universidades a realizar “campañas de concientización sobre los estilos de vida saludable, formación para la vida sana y fortalecimiento de los entornos saludables”.
La iniciativa a su vez agrega un punto, que establece que las tiendas “podrán utilizar alimentos y bebidas con sellos y leyendas del sistema de etiquetado frontal en la preparación de alimentos”, lo cual abre la puerta a la venta de alimentos con productos ultraprocesados; no solamente con condimentos tipo mayonesa o salsas, sino con carnes o panes con sellos.
El texto, elaborado por el equipo de Delgado, quita un párrafo de los lineamientos adoptados por el gobierno de López Obrador, el cual estipula que las autoridades escolares deben vigilar que no se venda o se publicite “alimentos y bebidas con bajo valor nutricional” afuera de las escuelas.
La iniciativa disminuye de forma notable el alcance y la aplicación de las sanciones a los que estarían expuestos las autoridades y los proveedores que incumplirían con los lineamientos; elimina la obligación de proveer alimentos y bebidos a un “precio inferior al del mercado”, y retira a la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) la encomienda de realizar verificaciones y obligar las escuelas a seguir la legislación sanitaria.
Y no solo esto: el proyecto de reforma quita las sanciones a la autoridad escolar que promueva la “preparación, distribución y expendio” de comida chatarra; en cambio, limita su definición de la infracción a la autoridad que permita “la difusión de publicidad de alimentos y bebidas”. En otras palabras: se prohíbe promocionar la comida no saludable, mas no venderla.