La publicación del The Washington Post revela que Putin no quiere que la región de Kursk sea moneda de cambio, pero al mismo tiempo no quiere ceder territorios ucranianos.
La nueva ofensiva rusa en la región ha sido caótica y comenzó después de que Trump fuera elegido presidente de Estados Unidos.
El momento de la ofensiva parece indicar la creciente comprensión del Kremlin sobre el papel que la región de Kursk podría desempeñar en las negociaciones, según el artículo. Es decir, la Federación Rusa quiere que sólo el territorio ucraniano sea objeto de discusión.
Mientras tanto el líder ucraniano Volodomir Zelensky, afirmó que estarán disponibles nuestras reservas, brigadas fuertes y equipadas que hemos estado esperando durante mucho tiempo, el avance de los rusos terminará.