El cuerpo del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, quien fue ultimado en horas de la mañana del domingo 20 de octubre, fue trasladado en horas de la noche a su municipio, San Andrés Larrainzar, ubicado en Los Altos de Chiapas. Ahí fue recibido por miles de indígenas de la región.
Por la noche, a pesar de la lluvia, hombres, mujeres, niños y niñas de brazos lo esperaron a la entrada del municipio Tsotsil donde el sacerdote había nacido hace 51 años. El cortejo fúnebre recorrió la avenida principal del poblado, hasta llegar a la casa de sus padres.
En el camino, los dolientes estaban exigiendo justicia y señalaron que al crimen organizado -cuyas acciones contra la población el sacerdote denunció desde el púlpito y desde su actividad como defensor de derechos humanos- como el causante de su muerte. “¡“Viva el padre Marcelo defensor de derechos humanos!”, “¡Exigimos justicia para el padre Marcelo!”, “¡Alto al crimen organizado!”, gritaron los habitantes del municipio que lo vio nacer.
Su madre, su padre, sus ocho hermanos y hermanas, rodeados de los habitantes de Larrainzar, de San Juan Chamula, y de otros municipios, velan el cuerpo de Marcelo Pérez, quien apenas por la mañana oficiaba misa en la iglesia de Cuxtitali, uno de los barrios más antiguos de San Cristóbal.
Fue a eso de las 7:30 de la mañana cuando el sacerdote de la Diócesis de San Cristóbal salió de la iglesia del lugar, ahí, un par de hombres que iban a bordo de una motocicleta lo esperaban. De acuerdo a los testigos, el sacerdote alcanzó a verlos y dos cuadras delante de la Iglesia orilló el vehículo donde viajaba; cuando se estacionaba los hombres lo alcanzaron y le hacen 9 disparos. Uno de los disparos le alcanzó en la cabeza y causa la muerte, señala el reporte forense.
La Fiscalía de Chiapas emitió dos comunicados, uno donde detalla que investiga los hechos, y otro donde anunció la creación de “un grupo interdisciplinario con el objetivo de investigar el homicidio”, además de la petición para que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional y Centro Nacional de Inteligencia apoyen en el proceso.
“No dejamos de perdonar, pero no dejamos de pedir justicia”
Habitantes de Cuxtitali y de otros barrios de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas acudieron al lugar donde fue asesinado el sacerdote Marcelo Pérez; ahí estuvieron hasta que el cuerpo fue llevado a la Fiscalía de Chiapas.
Mientras eso pasaba, entonaron cánticos religiosos para acompañarlo. Después, los feligreses, quienes ya eran cientos, se trasladaron a la Fiscalía y ahí continuaron hasta que alrededor de las 14 horas su cuerpo, ya en un féretro, fue subido a una camioneta fúnebre y trasladado a la parroquia de Guadalupe, misma que tenía a su cargo.
Durante todo el camino a la parroquia, los feligreses caminaron detrás de la carroza, portando banderas con una paloma y la leyenda “paz”, mientras gritaban “¡Justicia, Justicia, Justicia!”.
El sacerdote Marcelo Pérez Pérez fue un activo impulsor de los derechos humanos y la defensa de la tierra y el territorio, lo que realizó desde su fe y su religión. Estas acciones provocaron la reacción de grupos criminales de Simojovel, Pantelhó, Chenalhó, San Cristóbal de Las Casas, quienes en diversas ocasiones lo amenazaron de muerte.