Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, ha roto el silencio y confirmó que no estará haciendo alguna denuncia contra las personas que le han hecho “tanto mal” y solicitó a los medios de comunicación que respeten tal decisión.
A través de las redes sociales de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el obispo Rangel Mendoza ha compartido un comunicado con fecha de este 8 de mayo, en el que explica que su decisión ha sido tomada tras otorgar el perdón a aquellos de los que asegura, fue víctima.
“En los principios evangélicos de nuestro Señor Jesucristo, que perdonó a las personas que lo traicionaron, lo vendieron, lo juzgaron, lo torturaron y lo asesinaron, con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como a aquéllos que me han revictimizado producto de la desinformación”, dijo en el comunicado.
Agregó también su apoyo brindado por parte de las autoridades, legales y eclesiásticas, al colaborar en su caso, en especial al abogado Luis Gasca.
“Agradezco a todas las personas que se han solidarizado conmigo. Mi especial gratitud a todos aquellos que hicieron oración por mi vida y por mi pronta recuperación“, agregó.
Comunicado completo…
Sobre lo ocurrido a Salvador Rangel
El pasado 28 de abril, la CEM informó que el obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa se encontraba desaparecido. Horas más tarde, las mismas autoridades religiosas confirmaron que Salvador Rangel fue localizado en el Hospital General Doctor José G. Parres, en la ciudad de Cuernavaca.
En entrevista con medios, el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, dijo que preliminarmente se hablaba de un secuestro exprés.
Mostró a medios una foto del obispo, en la cama de hospital. Actualmente, Rangel es una figura destacada en la Iglesia de México, por su papel de mediador entre los grupos criminales de Guerrero.