TOLUCA, Edomex – La Red Solidaria Década Contra la Impunidad A.C. (RSDCIAC) y Presunción de Inocencia y Derechos Humanos A.C. (PIDHA) han emitido una acción de urgencia en la que demandan la inmediata solución a la escasez de agua, alimentos y medicamentos en los penales mexiquenses, dicha condición se ha agudizado en lo que va del año.
Dichas asociaciones defensoras de los derechos humanos alertan que familiares de personas privadas de la libertad (PPL) -muchas recluidas sin pruebas para ser sentenciadas, o con condenas surgidas de carpetas fabricadas, de la tortura, violaciones al debido proceso o a las garantías individuales- se han pronunciado ante su preocupación por la escasez de agua potable, comida y medicina al interior de los penales del Estado de México.
Las dos organizaciones recordaron que el presupuesto del Estado de México para su reinserción social en el año 2023 fue de 3 mil 927 millones de pesos, y para 2024 es por 4 mil 020 millones. Sin embargo, la crisis alimentaria en las cárceles mexiquenses se ha empeorado.
“En los penales del Estado de México se incrementaron las violaciones de los derechos humanos, específicamente el derecho a la alimentación y salud, los actos de tortura, asesinatos, extorsiones y cobros, con total impunidad, ante la complicidad estructural de servidores públicos”, expusieron.
Desde principios de 2024, indicaron, la escasez y el desabasto de alimentos es la constante en los reclusorios de Chalco, Barrientos, Chiconautla, Texcoco, Santiaguito, Tenancingo, Tenango y Sultepec.
En Texcoco, Chalco, Barrientos, Neza-Bordo y Chiconautla, refirieron, familiares de las personas privadas de la libertad denuncian que a sus internos se les suministran albóndigas de soya mal cocidas, queso con mortadela y trozos de salchichas, en raciones que representan una cuarta parte de una pieza de pollo; y pocas veces les complementan, también en pequeñas porciones, con arroz y frijoles.
A las visitas solo les permiten ingresar un guisado y una porción de arroz no mayor de 1 kilo, 2 o 3 naranjas y 2 plátanos, pero los internos deben consumir todo en ese momento porque no pueden guardar nada.
Los jóvenes olvidados, conocidos internamente como “niños de la calle”, se cuelan al área de invitados para que otras PPL les regalen la comida que les sobra, mientras los internos de la tercera edad “se ven en la necesidad de buscar alimentos en los desperdicios que se encuentran en los botes de basura” porque nadie los visita.