Ciudad de Panamá, 26 de Enero, 2019
Su Santidad Francisco:
Paz y bien. Saludo con esperanza su visita a tierras americanas y me permito expresarle mi gran preocupación por la desventura que vivimos los y las nicaragüenses en estos momentos.
Como representante del sector campesino siento directamente el sufrimiento de mi pueblo y me encuentro en la obligación de defender y denunciar los abusos de Derechos Humanos que ha venido haciendo el gobierno de Nicaragua. Desde hace más de 5 años el gobierno de Daniel Ortega ha perseguido a los campesinos que nos oponemos a la construcción del canal interoceánico. Hemos sufrido persecuciones, golpizas, amenazas y daños directos para asustarnos. Tampoco podemos olvidar los asesinatos a los pueblos indígenas miskitos del Caribe Norte.
Además, durante años este régimen de la familia Ortega Murillo ha cometido muchas acciones contra el pueblo. Al principio contra los campesinos y los indígenas; y desde el pasado 18 de abril la violencia fue dirigida a los estudiantes y después contra la población en general. Ahora contamos tristemente con cientos de asesinados, presas y presos políticos, ciudadanos perseguidos y exiliados y territorios destruidos, entre muchas acciones cometidas contra la paz, la libertad y la unión de la familia nicaragüense.
Cualquier cosa sencilla y cotidiana como levantar una bandera, inflar una chimbomba -globo-, cantar el himno nacional, expresar una palabra contraria al régimen o asistir a misa es motivo para ser arrestado, perseguido o peor aún, asesinado. Los nicaragüenses, hombres y mujeres valientes, levantan hoy sus banderas azul y blanco pidiendo justicia, democracia y libertad para los cientos de presos políticos y para todo el pueblo que sufre las consecuencias de un gobierno asesino.
Estas solicitudes nos han llevado al exilio. Sólo en Costa Rica somos más de 40 mil nicaragüenses que hemos huido de manera forzada ante las circunstancias. Ahora, alejados de nuestros hogares y de nuestras tierras, pasando hambre, frío, angustias, desesperación, quiero en nombre de todos los nicaragüenses pedirle que interceda por nosotros, por Nicaragua, por los presos políticos y por todos los que recurrimos a Su Santidad Papa Francisco para que nos ayude a regresar a nuestra tierra para vivir en paz como merece el pueblo nicaragüense y como merecen todos los pueblos de la tierra.
Días atrás le escuché a usted decir en el campo Santa María Antigua, durante la inauguración de la Jornada Mundial de la Juventud, la importancia de tener un sueño en común, de ser constructores de puentes y no de muros. Humildemente le pido que construyamos juntos el puente para la paz en Nicaragua. Mi gente, que es también su gente, esperamos que nos ayude a conseguir esa paz que soñamos.
¡Paz, Libertad y Justicia para Nicaragua!
Atentamente,
Francisca Ramirez T.
Campesina Nicaragüense
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