Atahualpa Amaru – Muchas personas han visto el video donde el dictador, bajando unas escaleras en el palacio de la cultura, pierde paso, se tambalea y es asistido por sus serviles de la policía.
Muchas personas se alegran y esperan la muerte del tirano, porque piensan que su deceso, pondrá fin al régimen. Que éste será el final de la represión.
Al dictador, aunque decrépito, se observa la dedicación y pleitesía con que sus criados domesticados le protegen y le asisten.
En lo personal, quiero que no muera todavía, porque su muerte sería su escape, y un duro golpe al orgullo de la lucha de todo un pueblo, que deseoso de Libertad, ha sacrificado su bienestar y su vida, porque el brazo de la Justicia alcance a todo funcionario abusador.
Quiero que viva y que él vea con sus propios ojos que aún con su poderío militar, fue derrocado por un pueblo desarmado.
Él tiene que ver su propia caída, ver su juicio, escuchar su sentencia de culpabilidad y la pena impuesta por la justicia terrenal.
Que sea enviado a la prisión, y sienta que al igual que el elefante viejo, esperará la muerte en el lugar al que con sus malos actos, él mismo escogió regresar.
En la prisión, quiero QUE LE CUESTE RESPIRAR… que recuerde a la que lo trajo al mundo, y sienta el dolor de aquellos hijos que sufrieron soledad porque sus madres fueron hechas prisioneras injustamente.
Quiero que le cueste respirar, y que antes de su último aliento de vida, en la agonía, un sacerdote de la Iglesia Católica le visite, antes de entregar su negra alma al creador, para ser juzgado con Justicia Divina.
LA PEOR CAIDA QUE DEBE SUFRIR EL DICTADOR, ES LA DE LA SILLA PRESIDENCIAL.